Cuentitis aguda

domingo, enero 25, 2009

Blancanieves (III)

Enlace a parte (I) y (II)


C
uando la manzana estuvo lista, la reina fue a maquillarse y a vestirse con harapos, esta vez de color negro, para parecer una anciana campesina. Y otra vez cruzó el bosque, las siete colinas y volvió a llamar a la puerta de la casa de los enanitos en horario laboral. Blancanieves se volvió a asomar y le dijo a la vieja: "No os puedo abrir la puerta, buena señora, porque los enanos me lo han prohibido". "No te preocupes muchacha, no hace falta que me abras la puerta, sólo vengo a ofrecerte una manzana, la más bonita de todas las que llevo en el cesto." "No puedo coger nada de lo que me ofrezca un extraño" - contestó Blancanieves, que parecía haber aprendido la lección. "¿Acaso tienes miedo de que quiera envenenarte?" - contestó la madrastra - "Que la manzana tenga pintada una calavera no quiere decir que esté envenenada. Mira lo que haré. Partiré la manzana en dos y yo me comeré la parte más clara y tú la parte más roja". La madrastra, que casualmente sólo había envenenado la mitad de la manzana, la partió en dos y se comió ella misma la parte más feucha y le pasó a Blancanieves la parte con mejor pinta. La chica no pudo resistir más el aspecto tan apetecible de la fruta y se comió su mitad de la manzana. Nada más morderla, Blancanieves cayó muerta al suelo. La reina se echó a reir con risa de madrastra malvada: "Ñia-ja-ja ¡A ver si los enanos son capaces de despertarte ahora! Ñia-ja-ja"
De vuelta en el palacio volvió a preguntar a su espejo: "Espejo, espejito, ¿quién es la más guapa del distrito?". "¡Oh, mi reina! Tú eres la más guapa, la más bella y la más hermosa de hasta donde llega mi radar de espejo mágico." Y por fin el envidioso corazón de la reina pudo descansar tranquilo.
Cuando los enanos volvieron a su hogar, se encontraron a Blancanieves tendida en el suelo, sin respirar. Todos se pusieron muy nerviosos y buscaron por todas partes por si pudiera tener algo envenenado cerca o en el pelo o en su vestido, pero nada, no había nada, la chica estaba muerta. Los enanitos pusieron a Blancanieves sobre una carreta, se sentaron todos a su alrededor y la lloraron sin parar durante tres días.

Blancanieves patidifusa¿Llamamos para que le hagan una autopsia? No, mejor la enterramos nosotros mismos.

Entonces, cuando iban a enterrarla, como Blancanieves parecía que estuviera viva y aun tenía los coloretes sanotes en sus mejillas, decidieron meterla en un ataúd de cristal transparente de tal forma que la chica pudiera ser vista desde todas partes y desde todos los ángulos. Pusieron el ataúd en lo alto de una montaña y cada día uno de los enanitos se sentaba a hacerle compañía. Los pajarillos también se acercaban a verla y la lloraban. Primero fue una lechuza, luego un cuervo y por último una paloma.
Blancanieves permaneció en el ataúd de cristal muchísimo tiempo, pero ella no cambiaba, parecía como si estuviera dormida, y seguía siendo tan blanca como la nieve (que no como una muerta), tan roja como la sangre (no porque estuviera herida) y su pelo tan negro como el ébano (no porque se lo hubiera teñido la semana antes de tomar la manzana).
Pero resultó que un día pasaba por la zona un príncipe que decidió pasar la noche en casa de los enanitos. El príncipe vió a lo lejos el ataúd sobre la montaña y quiso acompañar al enano en turno hasta allí. En el ataúd vió lo guapa que estaba Blancanieves allí dentro y lo pacífica y majetona que era y lo bien escrito que estaba el nombre de la chica en letras doradas sobre el ataúd de metacrilato. De vuelta en la cabaña de los enanos les dijo: "Pedidme lo que queráis a cambio del ataúd de Blancanieves con su cadáver incluido". "¡No!"- respondieron los siete enanitos - "Ni por todo el oro del mundo te daríamos a Blancanieves (o mejor dicho, sus restos mortales), pedazo de degenerado (sin perderle el respeto, alteza)". "Pero si yo sólo quiero el ataúd para adorar a Blancanieves como vosotros hacéis.... si desde que mis ojos han visto lo guapa que está, no puedo dejar de pensar en ella. Os propongo entonces que no me lo vendáis sino que me lo regaléis, como ofrenda a vuestro soberano". "¡Ah! En ese caso sí, nos has convencido. Te lo regalamos". "Muchísimas gracias, personitas. Prometo que honraré a tal lujoso regalo y lo trataré con sumo cariño puesto que será mi más preciada posesión."

Velatorio de BlancanievesLos enanos deciden no velar a Blancanieves en casa no fuera que aquello empezara a oler a muerto.

El príncipe mandó a sus sirvientes llevar el ataúd al carruaje que le había llevado hasta la casa de los enanos. Entre que los sirvientes eran cada uno de una estatura, que no sabían tratar con cuidado las cosas y que se tropezaron todos a la vez, el cofre, con Blancanieves dentro, se tambaleó. Con el traqueteo y los golpes que se metió la pobre Blancanieves con las paredes del ataúd, el trozo de manzana envenenada salió disparado de la boca de la chica. Y casi instantáneamente Blancanieves abrió los ojos, destapó el ataúd, se sentó y preguntó: "Cielos, ¿dónde estoy?" Allí nadie se asustó al ver resucitar a una muerta de varios meses. El príncipe, loco de contento, fue el primero y el único en contestar: "¿Que dónde estás? Estás conmigo". Y le contó a la chica todo lo que le habían contado los enanos que había pasado. La historia cambió un poco del original, pero en esencia venía a ser lo mismo. "Te quiero más que a mi vida, Blancanieves, más que al aire que respiro y más que a la mare mía. Te voy a llevar al castillo de popó, nos casaremos y serás mi princesa. La gente no tendrá que verte en la urna de cristal sino que podrán verte sentada en el trono junto al mio".
Blancanieves, que estaba encantada de la vida de tener a un príncipe que le fuera a desposar, y pese a no haber sido presentada en condiciones ni saber tan siquiera el nombre de su admirador, aceptó la propuesta real de matrimonio. El bodorrio fue todo lujo y no hubo ni un solo momento de sencillez.
La madrastra de Blancanieves también había sido invitada al banquete que se daría tras el enlace principesco, puesto que también ella era de alta alcurnia. Cuando se estaba vistiendo con sus más lujosos y bolutescos ropajes le dio el ataque vanidoso y preguntó a su espejo mágico: "Espejo, espejito, ¿quién es la más guapa del distrito?". Y el espejo le contestó: "Oh, mi reina. Tú eres guapa entre las guapas y bella entre las bellas, ahora que te digo que la más guapa de todas es la joven reina. No le llegas ni a la altura de los zapatos. Así te lo digo"

Madrastra y espejoA pesar de que la madrastra siempre le preguntaba lo mismo al espejo,
necesitaba una chuleta.


La malvada madrastra se puso toda rabiosa y verde de envidia. Al principio no quería ir al bodorrio pero luego se tragó su orguyo y se decidió a ir. Se limpió los espumarrajos de la boca y se maquilló para ocultar el verdor de su rostro. Cuando llego al palacio y vio que la joven reina no era otra que Blancanieves se quedó de piedra, rabiosa y con miedo. Trajeron con pinzas unos zapatos de hierro que habían sido puestos al fuego. Los pusieron frente a la madrastra y le obligaron a que se los pusiera y bailara con ellos puestos hasta que cayera muerta.
Y colorín colorado, este cuento ha acabado.

2 Comentarios:

  • Me divierto mucho con los cuentos que pones en este blog.
    Crecí pegada a la serie "El cuentacuentos" de Jim Henson y no puedo con las versiones de Disney. Los cuentos originales tienen poco de infantiles e inocentes.
    Me he leído un par de cuentos de “Cuentos infantiles políticamente correctos“de James Finn Garner, igual te gusta.

    Felicidades por tu blog

    Por Blogger The Irene Clash, el 31 enero, 2009 00:05  

  • Hola Irene,
    Muchas gracias y me alegro de que te diviertas con los cuentos del blog.
    De "El cuentacuentos" tengo vagos recuerdos aunque por aquel entonces ya era capaz de reconocer a John Hurt. Mira, una cosa que debería refrescar y ver nuevamente.
    Las versiones Disney no están tan mal, son otra forma de contar los cuentos y con tanta miga (o más) como las versiones Perrault, Grimm, Andersen...

    Gracias por la recomendación del libro de los cuentos políticamente correctos. Lo apunto para buscarlo :)

    Por Blogger marijelo, el 02 febrero, 2009 20:08  

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