La Bella Durmiente del bosque (y IV)
Vamos a hacer un repaso de los personajes de La Bella Durmiente para fijar conceptos.
Padres de la Bella Durmiente
Aunque la madre es bastante poco activa y es el padre el que tiene la voz cantante, bien pudiera ser que la reina estuviera actuando en la "sombra": "Cariño, prohíbe inmediatamente las ruecas no se vaya a hacer daño la niña". Pero ya sea el uno o el otro, el caso es que el matrimonio como un todo es un poco-demasiado protector con su hija. Tantos años queriendo querer descendencia... Pero ¿y qué deciden hacer cuando se enteran de la maldición de la momia que le ha caido a su niña de su alma? Pues en vez de educarla de tal manera que ella sepa que no debe tocar una rueca cuando cumpla dieciséis años, ¡pues no! Lo mejor es que la chica no sepa ni tan siquiera lo que es una rueca, que viva en la ignorancia que así no le pasará nada. Ay, cuántas Bellas Durmientes hay a quienes sus padres evitaron darles explicaciones y educación sexual y al final, ¡zasca!, embarazo al canto.
Hada vieja
Lo que tiene que aguantar esta pobre mujer en el bautizo no tiene nombre, vamos que ni puro que se lleva. Lógico es entonces que le dé la pataleta y condene a la niña a una muerte por ruecazo. Aunque se le ve ahí la saña cuando lo hace a años vista. Si quieres fastidiar a los que no te han invitado, pues suéltales un borderío en el momento y no hagas una cosa que se cumplirá en dieciséis años. A saber quién se acuerda entonces de por qué la chica está gafada. La venganza es un plato que se sirve frío, y tan frío, dieciéis años esperando en la mesa...
Hada jóven
Siendo una aprendiz consigue parar (más o menos) las malas artes del hada ofendida en el bautizo. Aunque no se yo hasta que punto arregla la cosa. "No morirá sino que dormirá durante cien años". Ya me contarás tú de qué le sirve eso a los padres de la nena. Dentro de cien años todos calvos, menos la princesa que serguirá durmiendo. A los cien años los padres ya estarán muertos y enterrados, vamos que a ellos lo mismo les daría el parcheo cutre-salchichero que hizo el aprendiz de hada.
Claro que lo mejor es cuando la chica se pincha el dedo y cae redonda y el hada (ya con titulación) decide que lo mejor es dormir a todo el mundo para que la princesa no esté sola cuando despierte. Y qué más da si los criados, cocineros y demás trabajadores del castillo tienen familia o una vida. Total, ellos son plebe y la durmiente no deja de ser princesa. "Qué raro, las ocho ya y Sebastián sin volver del trabajo, a éste seguro que ya me le han dormido porque la princesa se ha pinchado (oh, gran drama)". Siempre ha habido estatus y estatus.
Reina madre del príncipe
Pues lo de esta señora también es de echar de comer a parte (un niño relleno). Es demasiado protectora con su hijo y en cuanto ve que una "pelandrusca" le ha quitado a su hijo, pues se la quiere comer. Realmente la relación reina ogra con princesa durmiente es una relación normal suegra con nuera. Porque reconozcámoslo, las suegras siempre han tenido fama de ser unas ogras. Cierto es que en el caso de la suegra de la Bella Durmiente la cosa llega a mayores, que se quiere comer a su propia descendencia, pero saltándose una generación, no se va a comer a su nene bien amado.
Príncipe
Este príncipe más que encantador es desencantador puesto que libera a la Bella Durmiente de su sueño eterno. Un poco enmadrado si que está, que vamos que no tarda ni nada (¡dos años!) en decirle a su madre que se había casado y que tenía un par de churumbeles (¡Vaya un padre!). Y luego, cuando se va de misiones gerreras, ¿deja a caso de regente a su querida esposa? ¡Pues no! Su madre, que madre no hay más que una y a ti te encontré en un castillo rodeado de espinos y durmiendo a pierna suelta.
Pero, recapacitemos sobre esa sangre azul que corre por sus venas que también tiene parte de ogro. A este príncipe, el día menos pensado le da por comer nietos a él también.
Bella Durmiente
La protagonista de la historia que se va con el primer príncipe que la despierta. Claro que la mujer llevaba ya tantos años esperando un príncipe que seguro que andaba un tanto desesperadilla ya. Y luego que si se casa con un ogro, tanto esperar, tanto esperar, y al final acaba con una familia política que vaya tela.
Supongo que el hada que la dejó dormida se encargó de que la chica no tuviera ni hambre ni ganas de ir al baño, porque cien años... También haría que ni le crecieran las uñas ni el pelo, que para algo era la bella durmiente y no la desaliñada ceporra.
Después de todo lo que durmió la princesa, debía tener unos trastornos del sueño impresionantes. Si es ya dormir hasta la una de la tarde o así y te desacoplas para por la noche, durmiendo cien años debe ser ya el acabose.
En la segunda partedel cuento, cuando vive en casa de la suegra, pasa a un segundo plano, la mujer no se entera mucho de las cosas, vamos que casi que se comen a sus hijos y ella en la parra. ¡Vaya una madre!
Y a todo esto, ¿bella durmiente del bosque? Pero si ella estaba dormida en un castillo...
Padres de la Bella Durmiente
Aunque la madre es bastante poco activa y es el padre el que tiene la voz cantante, bien pudiera ser que la reina estuviera actuando en la "sombra": "Cariño, prohíbe inmediatamente las ruecas no se vaya a hacer daño la niña". Pero ya sea el uno o el otro, el caso es que el matrimonio como un todo es un poco-demasiado protector con su hija. Tantos años queriendo querer descendencia... Pero ¿y qué deciden hacer cuando se enteran de la maldición de la momia que le ha caido a su niña de su alma? Pues en vez de educarla de tal manera que ella sepa que no debe tocar una rueca cuando cumpla dieciséis años, ¡pues no! Lo mejor es que la chica no sepa ni tan siquiera lo que es una rueca, que viva en la ignorancia que así no le pasará nada. Ay, cuántas Bellas Durmientes hay a quienes sus padres evitaron darles explicaciones y educación sexual y al final, ¡zasca!, embarazo al canto.
Hada vieja
Lo que tiene que aguantar esta pobre mujer en el bautizo no tiene nombre, vamos que ni puro que se lleva. Lógico es entonces que le dé la pataleta y condene a la niña a una muerte por ruecazo. Aunque se le ve ahí la saña cuando lo hace a años vista. Si quieres fastidiar a los que no te han invitado, pues suéltales un borderío en el momento y no hagas una cosa que se cumplirá en dieciséis años. A saber quién se acuerda entonces de por qué la chica está gafada. La venganza es un plato que se sirve frío, y tan frío, dieciéis años esperando en la mesa...
Hada jóven
Siendo una aprendiz consigue parar (más o menos) las malas artes del hada ofendida en el bautizo. Aunque no se yo hasta que punto arregla la cosa. "No morirá sino que dormirá durante cien años". Ya me contarás tú de qué le sirve eso a los padres de la nena. Dentro de cien años todos calvos, menos la princesa que serguirá durmiendo. A los cien años los padres ya estarán muertos y enterrados, vamos que a ellos lo mismo les daría el parcheo cutre-salchichero que hizo el aprendiz de hada.
Claro que lo mejor es cuando la chica se pincha el dedo y cae redonda y el hada (ya con titulación) decide que lo mejor es dormir a todo el mundo para que la princesa no esté sola cuando despierte. Y qué más da si los criados, cocineros y demás trabajadores del castillo tienen familia o una vida. Total, ellos son plebe y la durmiente no deja de ser princesa. "Qué raro, las ocho ya y Sebastián sin volver del trabajo, a éste seguro que ya me le han dormido porque la princesa se ha pinchado (oh, gran drama)". Siempre ha habido estatus y estatus.
Reina madre del príncipe
Pues lo de esta señora también es de echar de comer a parte (un niño relleno). Es demasiado protectora con su hijo y en cuanto ve que una "pelandrusca" le ha quitado a su hijo, pues se la quiere comer. Realmente la relación reina ogra con princesa durmiente es una relación normal suegra con nuera. Porque reconozcámoslo, las suegras siempre han tenido fama de ser unas ogras. Cierto es que en el caso de la suegra de la Bella Durmiente la cosa llega a mayores, que se quiere comer a su propia descendencia, pero saltándose una generación, no se va a comer a su nene bien amado.
Verás qué bien que te va a caer mi madre.
Príncipe
Este príncipe más que encantador es desencantador puesto que libera a la Bella Durmiente de su sueño eterno. Un poco enmadrado si que está, que vamos que no tarda ni nada (¡dos años!) en decirle a su madre que se había casado y que tenía un par de churumbeles (¡Vaya un padre!). Y luego, cuando se va de misiones gerreras, ¿deja a caso de regente a su querida esposa? ¡Pues no! Su madre, que madre no hay más que una y a ti te encontré en un castillo rodeado de espinos y durmiendo a pierna suelta.
Pero, recapacitemos sobre esa sangre azul que corre por sus venas que también tiene parte de ogro. A este príncipe, el día menos pensado le da por comer nietos a él también.
Bella Durmiente
La protagonista de la historia que se va con el primer príncipe que la despierta. Claro que la mujer llevaba ya tantos años esperando un príncipe que seguro que andaba un tanto desesperadilla ya. Y luego que si se casa con un ogro, tanto esperar, tanto esperar, y al final acaba con una familia política que vaya tela.
Supongo que el hada que la dejó dormida se encargó de que la chica no tuviera ni hambre ni ganas de ir al baño, porque cien años... También haría que ni le crecieran las uñas ni el pelo, que para algo era la bella durmiente y no la desaliñada ceporra.
Después de todo lo que durmió la princesa, debía tener unos trastornos del sueño impresionantes. Si es ya dormir hasta la una de la tarde o así y te desacoplas para por la noche, durmiendo cien años debe ser ya el acabose.
En la segunda partedel cuento, cuando vive en casa de la suegra, pasa a un segundo plano, la mujer no se entera mucho de las cosas, vamos que casi que se comen a sus hijos y ella en la parra. ¡Vaya una madre!
Y a todo esto, ¿bella durmiente del bosque? Pero si ella estaba dormida en un castillo...
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