Cuentitis aguda

lunes, septiembre 17, 2007

Zapatito de cristal

Zapatitos de cristal ButteroLos zapatitos de cristal eran de marca.
Antes muerta que sencilla.

domingo, septiembre 16, 2007

El Gato con Botas (y IV): El por qué de las botas

¿Por qué lleva el Gato con Botas botas? Esa pregunta la proponía Juan Villamota aquí.
Según estudiosos del tema (pues hay estudiosos para todo) Perrault podría haber escrito su cuento a partir de lo que le pudo llegar por la tradición oral, y en ese caso el gato tenía botas y vete tú a saber por qué, puesto que las palabras se las lleva el viento y no podemos llegar a ninguna conclusión certera por ahí.

Gato felizEl gato es feliz con sus botas.

Otros estudiosos del tema (pues hay otros estudiosos que también se dedican a darle vueltas a esto) opinan que Perrault, famoso por su forma de "cashondearse" de la moral y costumbres de su tiempo, puede que escribiera sobre el gato que calza botas por aquello de que la ropa hace a la persona. Ya lo dice el francés en su segunda moraleja del cuento:

Si puede el hijo de un molinero
en una princesa suscitar sentimientos
tan vecinos a la adoración,
es porque el vestir con esmero,
ser joven, atrayente y atento
no son ajenos a la seducción.

Useasé, que no solo al hijo del molinero le viene bien para sus propósitos el vestir con esmero, también al gato. Además ¿dónde se ha visto que se pueda presentar uno ante el rey descalzo?

Ahora que para botas famosas, las de 7 leguas, que son las que suelen aparecer en los cuentos (en Pulgarcito, por ejemplo). ¿Quiere esto decir que las botas que calza el gato son de 7 leguas y por eso el minino va más rápido que el séquito real en el paseo (como sugería Di aquí)? En ese caso, puesto que las botas son tan famosas, no es de extrañar que el gato se las pidiera a su amo. Bien es verdad también que unas botas de 7 leguas deben valer un pico, fuera del presupuesto mensual de cualquier huérfano de molinero con una herencia como para dar de collejas al difunto. Pero aún en el caso de que el amo hubiera conseguido las botas para su felino, digamos, por métodos poco éticos, ¿no se habría mentado el uso de los poderes transportadores del calzado?

Quizás el gato pide las botas simplemente por fetichismo, ya que un gato tambien puede ser fetichista, ¿por qué no? Igual este minino es un estilo a Karen (la de los zapatos rojos) o a Cenicienta. Cuando el gato hace el pedido a su dueño pide un saco y unas botas. El uso del saco se explica correctamente en la historia, pero no así el de las botas, lo que podría llevar a pensar que las botas no las usa más que para sentirse guapo. ¡Fetichismo total!


These boots are made for walkin'.

Y vosotros, ¿Cuál creeis que es la importancia o el sentido de las botas en El Gato con Botas?

miércoles, septiembre 12, 2007

El Gato con Botas (III)

La versión más conocida de El Gato con Botas la escribió Charles Perrault en 1697. En la versión de Perrault se puede observar el tono satírico que usaba el francés. Aunque la moraleja que Perrault le da al cuento trata sobre cómo los ropajes y el dinero no pasan desapercibidos ante los ojos de las princesas que buscan novio. También le da otra moraleja a la histora, esta vez referida a que vale más el ingenio y la industria que la herencia que se pueda tener de los padres.

RegalitosAl rey le dan gato por liebre.

La idea de que el Gato con Botas consiga hacer del hijo del molinero todo un Marqués de Carabás a base de engaños y malas artes en vez de a base de trabajo no es que sea un buen consejo para los lectores. La historia muestra una vez más cómo se burlaba Perrault de la moral de su época.
Existe una versión anterior del cuento en la que el gato-herencia que ayuda a un pobretón a casarse con una princesa. Giambattista Basile, en 1634, en su Pentamerón escribió la historia Cagliuso. Cagliuso es el menor de los dos hijos de un hombre muy pobre. El padre de Cagliuso muere al principio del relato dejando en herencia a su hijo mayor un tamiz con el que poderse ganar la vida y al pequeño le deja una gata (que no un gato). La gata no tiene botas, pero sí la picardía del gato de Perrault. La gata consigue que Cagliuso se case con la hija del rey (de forma similar a como lo consigue el Gato con Botas, aunque sin ogro de por medio) pero Cagliuso es un desagradecido para con la minina, la cual se cabrea y le abandona (aunque Cagliuso sigue siendo el rico esposo de la princesa).

gato ceporroEl gato con botas con más fans.

El Gato con Botas es uno de los protagonistas de la serie de películas de Shrek. Parecía claro que se fuera a contratar al Gato con Botas para eliminar a Shrek puesto que el felino es un gran conocido asesino de ogros. En la película Shrek 2, el gato utiliza las malas artes del engaño (como en la historia de Perrault) y al principio no se sabe si el personaje es uno de los buenos o de los malos.
Por cierto, fans del gato de Shrek: se ha anunciado la realización de una película en la que el Gato con Botas de Shrek será el protagonista.
Pero no sólo Antonio Banderas ha hecho del Gato con Botas, también Christopher Walken hizo del felino en la película de 1988 El Gato con Botas.

Gato con Botas, 1988El Gato con Botas, 1988.

También exite una película de dibujos animados japonesa del mismo nombre dirigida en 1969 por Kimio Yabuki.


Trailer de El Gato con Botas, 1969.

lunes, septiembre 10, 2007

El Gato con Botas (II)

Enlace a parte (I)

T
ras el rescate, los sirvientes del rey vistieron, peinaron y perfumaron al señor Marqués para que estuviera presentable ante la realeza. Las ropas que le habían prestado le sentaban perfectamente y realzaban la buena percha del hijo del molinero (que aunque pobre, tenía muy buena presencia). La princesa le encontraba muy atractivo y al ver el par de miradas que le echó el Marqués, ella se enamoró al momento. El rey le pidió que les acompañara a su hija y a él durante el resto del paseo y el jóven aceptó.

Rescate del MarquésEl gato cuenta unas bolas y el Marqués está en bolas.

Mientras el Marqués de Carabás iba en la carroza con la familia real monoparental, Gatocón salió corriendo avanzando más rápido que el séquito real. Cuando se encontró en el campo a unos segadores que segaban. "Buenas gentes que segáis" -dijo Gatocón - "por ahí viene el rey que cuando llegue aquí os preguntará quién es el dueño de estas tierras. Vosotros le tenéis que contestar que pertenecen al Marqués de Carabás porque si no os cortará la cabeza." Gatocón siguió su camino y al cabo de un rato llegaron el rey y su séquito donde estaban los segadores. El rey les preguntó por el nombre del dueño de las tierras por las que estaban pasando. "Pertenecen al Marqués de Carabás, alteza" - dijeron todos los segadores rápidamente y a un tiempo por temor a perder sus cabezas. El rey se volvió hacia su invitado y le dijo: "Menudas tierras que tenéis, señor Marqués, y parecen bastante fértiles". "Ya ve" - dijo el hijo del molinero mientras le ponía ojitos tiernos a la princesa más guapa del mundo.

Gato convenciendoGatocón convence a los campesinos gracias a su don de gentes.

Gatocón, que siempre iba por delante en el camino, se encontró con unos guadañeros que guadañeaban en el campo y les dijo lo mismo que a los segadores: "Buenas gentes que guadañeáis, por ahí viene el rey que cuando llegue aquí os preguntará quién es el dueño de estas tierras. Vosotros le tenéis que contestar que pertenecen al Marqués de Carabás porque si no os cortará la cabeza sin miramientos." Y el felino embotado continuó su camino. Cuando la carroza del rey llegó hasta la zona donde estaban los guadañeros, éste bajó la ventanilla de su medio de transporte y voceó a los trabajadores: "¡Guadañeros!¡¿A quién pertenecen estas tierras que guadañeáis?!". "Al Marqués de Carabás" - se precipitaron a contestar los hombres. "Menudas tierras que tiene, señor Marqués, que callado lo tenía usted" - le comentó el rey a su compañero de paseo. "Pues sí" - contestó el Marqués.
Gatocón continuó diciendo a las gentes con las que se encontraba lo que tenían que contestar al rey y éste, cuando pasaba por el lugar y preguntaba, se quedaba alucinado con las posesiones del Marqués.
Finalmente Gatocón llegó hasta un enorme castillo cuyo dueño era un ogro riquísimo que también poseía todas las tierras por las que había ido pasando el rey. El gato se informó bien de quién era el ogro y pidió audiencia con él.

AudienciaEl ogro era familiar de Enrique VIII.

"Señor, pasaba por aquí y no he querido continuar mi camino sin tener el honor de presentarle mis respetos" - dijo el minino - "Me han comentado que es usted capaz de convertirse en todo tipo de animales. ¿Es eso cierto?". "Pues claro que es cierto, ¿acaso lo dudas?. Para demostrártelo me voy a convertir en un león." Y el ogro, como muy bien ha dicho, se convirtió en un león como quien no quiere la cosa. Gatocón se llevó un susto, tan grande que acabó subido a la parte más alta de las cortinas del ventanón de la habitación. Y éso a pesar de sólo poder usar sus patitas delanteras puesto que las botas no eran buenas para trepar. El ogro tomó su forma original y esperó los cumplidos felinos. "¡Impresionante! También me ha dicho que se puede convertir en animales muy pequeñitos, pero eso no me lo creo. ¿Podría convertirse en una rata o un ratón para que pueda verlo?". "¡Pues claro! Eso está hecho. A mí con que me jaleen un poco yo me convierto en lo que sea" Y diciendo esto, el ogro se convirtió en un ratoncito. Gatocón se lanzó en picado desde la cortina, atrapó al ratón y se lo comió.
Mientras tanto, el rey pasaba cerca del castillo del ogro con sus acompañantes y vió que el castillo era tan pomposo que decidió entrar y saludar al dueño. Cuando llamó a la puerta, salió Gatocón a abrir puesto que todos los empleados del castillo estaban de celebración por la muerte del ogro que les tenía explotadísimos y nunca hacía caso de las peticiones de los sindicatos en lo referente a las horas laborales. Gatocón saludó: "Bienvenidos al castillo del Marqués de Carabás".

El gato abre la puertaLa princesa tontea con el dueño del gato con botas.

"Así que éste es su castillo, señor Marqués" - le dijo el rey al chico mientras le guiñaba un ojo. También la Miss Mundo de las princesas hacía rato que le andaba guiñando los ojos al Marqués. "¡Menudo partidazo para mi hija!" - pensó el monarca, y allí mismo celebró el casorio puesto que también llevaba en su carruaje todo lo necesario para organizar una boda real. Gatocón fue nombrado Grande de la Corte y Consejero Real pues había cumplido la promesa de librar a su amo de todas las deudas heredadas.

domingo, septiembre 09, 2007

El Gato con Botas (I)

H
abía una vez un molinero que en el lecho de muerte repartió sus posesiones entre sus tres hijos. Al mayor le dejó el molino y la casa puesto que para eso era el primogénito. Al hijo mediano le dejó en herencia un burro. Y al hijo menor le dejó en herencia el gato de la casa y todas las deudas.
Según iba el moribundo comunicando a sus vástagos sus últimas voluntades, éstos se lo iban agradeciendo; todos menos el pequeño que cuando iba a empezar a agradecer a su padre su extrema generosidad para con él, el anciano se murió y el chico no le pudo decir lo que pensaba.
El hermano menor, cuando se quedó en la calle sólo con su gato se dijo: "Jo, que suerte que tienen mis hermanos que si se asocian con el molino y el burro pueden seguir el negocio familiar, pero ¿y qué hago yo con este gato?... como no me lo coma...". "No os preocupéis por el dinero y el porvenir, mi amo" - dijo el gato mientras su nuevo dueño se quedaba con la bocaza abierta - "Podría librarte de todas esas deudas que acabas de heredar primero si no me comes y segundo si me proporcionas un saco y unas botas de caña alta". "Puedo entender que me pidas un saco pero, ¿para qué quieres tú unas botas?". "Pues verás, es que me llamo Gatocón y, bueno, quiero unas botas para que mi nombre no suene tan raro".
El amo del gato, que era bastante inocentón, accedió a gastarse el poco dinero que le quedaba en comprarle al felino un saco y un par de botas de caña alta.

Vienen los reyesEl gato recibe regalos sin ser navidad.

Al día siguiente Gatocón se calzó las botas y se fue con su saco por el monte. Con la táctica de dejar el saco abierto con cebo y esconderse, el felino consiguió cazar un hermoso conejo. Tras haber matado a la presa, Gatocón se fue hasta el palacio donde vivía el rey con su hermosa hija (la princesa más bella que jamás existió y que estaba soltera). Los guardias dejaron pasar a Gatocón hasta el salón del trono puesto que un gato que hablara y llevara botas debía ser digno de presentarse ante el rey. Una vez ante el monarca, Gatocón dijo: "Alteza, mi amo, el Marqués de Carabás, ha cazado esta hermosa pieza y me ha encargado que os la ofrezca". El rey le dio las gracias por el conejo y le dio una propineja como agradecimiento.
Al día siguiente, Gatocón utilizó nuevamente su táctica de caza y esta vez consiguió dos perdices. Nuevamente se fue a ver al rey para ofrecerle las piezas. El rey pidió a Gatocón que le diera infinitas gracias al marqués de su parte, y dio al felino una propina.

Ofrenda al ReyGatocón sabe cómo hacer la pelota.

Gatocón se pasó haciendo ofrendas caceriles al monarca un par de meses. El rey ya se había aprendido el nombre del marqués de memoria y siempre le tenía presente en sus pensamientos durante los banquetes palaciegos.
Llegó un día en el que Gatocón le dijo a su amo que era el momento de dar un paso más para conseguir tener un futuro seguro y deshacerse de las deudas heredadas. Gatocón se había enterado de que aquel día iba a ir a pasear cerca del río el rey con su hija, la hermosísima princesa. Sin informar de sus planes, llevó a su amo al río para que el jóven se hiciera unos largos. Una vez que su dueño estaba en el agua bucenado y gozando del líquido elemento, Gatocón cogió todos los ropajes del jóven, el cual los había dejado dobladitos a la orilla antes de meterse al agua, y los escondió tras una piedra. Como el felino vio que el carruaje del rey se estaba aproximando a la zona según sus planes, se puso a chillar. "¡Socorro, socorro, que el señor Marqués de Carabás se ahoga!".

Marqués de Carabás chapoteandoGatocón tenía más luces que su amo.

El rey sacó la cabeza por la ventanilla de su carroza y dio órdenes a sus sirvientes para que sacaran al Marqués del agua mientras éste estaba haciendo natación sincronizada sin enterarse de la copla. El gato se acercó al rey en lo que su amo era rescatado de las aguas y le contó que unos ladrones habían robado a su señor todas las ropas y que luego le habían tirado al agua desnudo. El rey pidió a sus sirvientes que le dieran al Marqués unas ropas muy lujosas que llevaban en la carroza y que eran precisamente de la talla del jóven. "Siempre solemos llevar ropas de más por si pasa una cosa de éstas, para que aquí mi hermosa hija no vea cosas que no le corresponden ver hasta que no esté casada, que la chica es muy casta."